La globalización se presenta como una ideología que enaltece el fundamentalismo del mercado, exalta la libertad del comercio, impulsa el flujo libre de los factores de la producción (excepción hecha de la mano de obra, que continua sometida a numerosas restricciones de diverso tipo), propugna el desmantelamiento del Estado, entre otros, todo esto enmarcado en el tema económico que es el eje principal de la globalización. Esta pretende unir a todas las naciones en una sola economía.
Cabe destacar que la globalización es un fenómeno distinto a la internacionalización y la multinacionalización. Es una etapa más de un proceso de evolución del sistema económico, pero tiene características distintivas muy marcadas. En el sentido estricto, la globalización es el proceso resultante de la capacidad de ciertas actividades de funcionar como una unidad, en tiempo real, a escala planetaria. Así, las decisiones y actividades en cualquier lugar tienen repercusiones significativas en lugares muy distantes, simultáneamente. El proceso ha sido apoyado por la revolución informática y de las comunicaciones que da la base tecnológica para que esa operación en tiempo real pueda producirse. El tiempo y espacio se compactan.
A su vez, los mercados globales y las actividades integradas globalmente requieren espacios donde operar. Y allí se concentran también una serie de operaciones de producción y de apoyo para que la gran empresa global funcione, marcada por las condiciones locales de la mano de obra, la cultura laboral y política, y otros procesos que operan dentro de los estados nacionales.
La globalización hace referencia a la creciente integración de las economías de todo el mundo, especialmente a través del comercio y los flujos financieros. En algunos casos este término hace alusión al desplazamiento de personas y a la transferencia de conocimientos a través de fronteras internacionales. La globalización abarca además aspectos culturales, políticos y ambientales más amplios. Así, mientras hay quienes que la globalización es un proceso benéfico y clave para el desarrollo económino futuro del mundo y afirman que resulta inevitable e irreversible. Otros la ven con hostilidad; incluso temor, debido a que consideran que genera una mayor desigualdad dentro de cada país, amenaza al empleo, las condiciones de viday obstaculiza el progreso social.
En este orden de ideas, es necesario definir la pobreza, la cual se entiende como una forma de vida que se presenta cuando las personas carecen de los recursos necesarios para satisfcer sus necesidades básicas. A su vez existen diversas situaciones involuntarias que pueden llevar a un individuo a la pobreza, como lo son el desempleo, salarios insuficientes, enfermedades, dependencia de otra persona, apatía, corrupción, entre otros.
El hecho de que la brecha de ingreso entre los países de alto ingreso y los de bajo ingreso se haya ampliado es motivo de inquitud. El número de personas que en el mundo entero viven en la miseria extrema es profundamente preocupante. Sin embargo, resultaría erróneo aseverar sin más que la globalización ha sido la única causa de este fenómeno o que nada se puede hacer para mejorar la situación. Lo cierto es que ningún país, y menos aún los más pobres, pueden permitir quedarse aislados de la economía mundial y mucho menos encerrarse dentro de sus propias fronteras. Globalización con humanismo parece ser la solución al problema.
Todos los países y gobiernos deberían tener como prioridad reducir la pobreza. La comunidad internacional debería esforzarse por ayudar a los países más pobres a integrarse a la economía mundial, a acelerar su crecimiento económico y a mejorar sus niveles de bienestar. Esta es la mejor forma de garantizar que los ciudadanos de todos los países se beneficien de la globalización.
Resulta urgente aplicar políticas orientadas específicamente a combatir la pobreza. En los países que registren un crecimiento satisfactorio y apliquen políticas correctas cabe esperar una disminución sostenida de la pobreza, dado que los datos recientes corroboran que existe por lo menos una correspondencia de uno a uno entre el crecimiento y la reducción de la pobreza. Además, si se aplican políticas orientadas firmemente a combatir la pobreza -por ejemplo, mediante gastos sociales adecuadamente dirigidos, buen control fiscal, optimizando los recursos políticos y eliminando la corrupción-, es mucho más probable que el crecimiento se traduzca en una reducción más rápida de la pobreza.
Alumna: Katerine Mogollón
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